jueves, 23 de febrero de 2012

La primera vez que ves a tu hijo

  Probablemente si se hiciera una encuesta a nivel mundial a todas las mujeres que tienen hijos y se les preguntara por uno de los momentos más felices de su vida dirían que el día del nacimiento de sus hijos. Esos segundos en los que por fin se desvelan tantas dudas, tantos miedos, tantos temores y tantas preguntas es, con casi toda la certeza, de los más maravillosos que la madre naturaleza nos concede a las mujeres. A pesar de suceder todo tan rápido todas nos quedamos con esa imagen en nuestro cerebro para siempre. Y da igual cuantos hijos se tengan, cada uno es diferente, cada uno es especial y viene cargado con toda la emoción y el amor que supone ver aparecer la vida de tus entrañas.

Estamos plenamente convencidas todas las que formamos Madretoday de que son idénticos los sentimientos y las emociones en todas las partes del mundo. Madres desnaturalizadas aparte (que por desgracia existen pero pocas) es fácil darse cuenta que una madre es una madre, aquí, en una cabaña en medio de la selva, en un hospital de Nueva York y en las antípodas. Y es fácil también vislumbrar que ni el dinero, ni la cultura, ni la educación pueden hacer distinciones ante semejante espectáculo de la naturaleza donde se hace tan patente nuestra condición de mamíferas.

Esos instantes tan íntimos en los que tu piel y tu cachorro se funden, ese olorcillo a vida que te penetra por las fosas nasales y nunca más se te olvida. Esa sensación de amor que te invade y que sabes con certeza que así será para siempre y que sólo puede ir en aumento. Y, sobre todo, ese pensamiento de "por mí que se pare el mundo que yo ya tengo mi ocupación" La sensación de felicidad infinita que sólo ellos, nuestros hijos, saben darnos de manera tan plena.

Esos instantes que tanto nos conmueven a todas las mujeres y que enseguida nos hacen emocionarnos cuando lo vemos en vídeos de partos forman parte de nuestra condición de hembras. Humanas, sí, pero hembras. Un sentimiento que nos hace ser poseedoras de un gran tesoro: DAR VIDA, dejar testimonio en la tierra de nuestro paso por ella, el orgullo de nuestras entrañas con nuestros tics, nuestros genes.

Queremos que nos cuentes cuáles son tus recuerdos del nacimiento de tu hijo o hijos. ¿Lo quieres compartir con nosotras?

PD. Si eres madre adoptiva y te sientes excluida queremos decirte que en breve dedicaremos un post a ese tipo de maternidad tan generosa y ejemplarizante que es la vuestra.

5 comentarios:

  1. Tengo muchos recuerdos, algunos buenos, otros no tanto... Pero me quedo con lo que sentí cuando me pusieron a mi peque (ya va a cumplir 9 años) encima...
    Las sensaciones son las de cualquier otra madre al ver a su hijo por primera vez, sea biológica o adoptiva... Sientes un vinculo indestructible, algo que te dice que es tuyo y solo tuyo, sientes un profundo deseo de protección, de cuidado, de responsabilidad... Y a la vez sentí cosas menos agradables... El miedo a no hacer bien las cosas, a equivocarte, en definitiva, no saber ser madre...
    Esto es la parte sentimental, luego esta la practica... Una vez que estuve sola con el, le miré y le dije: "encantada de conocerte, como sabes, soy tu madre, intentare hacer bien las cosas, perdoname cuando no sepa, ayudame a mejorar y lo conseguiremos, estamos condenados a entendernos ratón. Si me has entendido, hazme alguna señal" y me soltó una de esas sonrisas involuntarias que hacen los recién nacidos... Jajajajajajajajajajaja

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  2. Es el momento que mejor recuerdo de mi vida. Solo comparable con el dia que conoci a mi marido que fue tambien un flechazo. Y es que es eso, un FLECHAZO. Aun le recuerdo verle solo sacar la cabeza y mi hijo (que va a cumplir 2) ya tenia los ojos abiertos mirando el mundo. Cuando lo acabaron de sacar le aspiraron las membranas de la nariz y la boca se puso a llorar y en ese instante me lo pusieron encima piel contra piel, y fue el milagro mas maravilloso del mundo. Le dije, no llores mi vida, y paro en seco y me miro (que no ven nada pobrecillos, pero el seguia mi voz) y se quedo anonadado, y yo mas anonadada y empeze a llorar yo entonces, jajajajajaja. Aun recuerdo sus manitas cojiendo mi dedo y su cara de "madre mia donde estoy", pero estaba tranquilo porque estaba conmigo. Luego se lo llevaron y volvio a llorar, no me estranya, que mareo al pobre crio! Y no se, en ese momento solo pense que por fin habia conocido la felicidad y queria que se congelara ese instante. Para siempre. Con mi preciosa familia. Mi vida.

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  3. A ver, puffff, con lo complicado que fue todo y el panórama que tenía alrededor tela, pero vamos a ello.

    Para empezar parto gemelar a pelo y caducada, todo un espectáculo para médicos, enfermeras... la sala estaba repleta.

    En el primer parto sólo pude ver nacer a una de las niñas, la vi medio minuto pues tenía que ponerme al tajo con la segunda.Pero esa cosita, no se me olvido. Desafortunadamente a la segunda no pude verla nacer ya que la tuvieron que sacar con forceps. Cuando desperte pese a prohibiciones de no moverme, no salir de la habitación.... me cogí las cosas y dije que o me acompañaban o en la conciencia de mi madre y mi pareja quedaba, lógicamente, conociéndome como me conocen, salimos medio a escondidas de la habitación y pa neonatal.

    JO, que fuerte, la primera que nació tal cual idéntica a mi madre, una sensación muy buena por verla pero una impotencia indefensión al verla en la incubadora y con las lámparas.

    Lo de la segunda fue más fuerte, porque yo intuyo que en algún momento la tuve que ver o la intuición o lo que fuera, porque en una sala con un montón de bebes reconocí a mi hija, con su vía y con todas sus cosas.

    La impotencia terrible pero la satisfacción de ver que había dos seres creados por Sete y por mí.....

    La tercera, para variar se complico, pero la tuve en brazos y era como tener a mi padre, calquito de él. A ella sí la disfrute, la toqueteeee... Mi pareja no pudo entrar tampoco y nos quisieron dar el cambiazo. Cuando él me contó la historia de lo que había pasado, el comentario fue, no te preocupes llevo muchos años viendo a mi padre, jamás olvidaría su rostro, fue como un tributo, una sensación rara.

    Y podría seguir, pero aburro, así que yo ya he hecho mi aportación

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  4. Aito, monta un circo, que te forras... Jajajajajajajajajajajajajaja
    Ya veréis, el resto, que fichaje con sus comentarios, doy fe de que tiene experiencias para todos los gustos y colores

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  5. Qué no que esto es serio, hay que ser serias!!!!

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