-Mamá, te dejo a los
niños mañana, que tengo una reunión.
-¿A qué hora tengo que
ir a buscarles al cole?
- Con que estés a las
cuatro y media, de sobra. Te llamo luego, un beso.
¿Quién no ha tenido esta conversación con su madre alguna
vez? En el año 2010, a raíz de una huelga
general un político andaluz señalaba en las páginas de un conocido diario
nacional que “los abuelos debían participar en la huelga sin atender a sus
nietos”.
No deja de llamar la atención este curioso detalle para observar cómo la inclusión de la mujer en el ámbito laboral
ha cambiado (y mucho) la presencia de los abuelos en la vida de sus nietos. Las abuelas de épocas anteriores tenían una
relación más distante (en comparación con las relaciones actuales) con sus
nietos por que en la mayoría de los casos la frecuencia de los encuentros con
los mismos era menor. Hoy la tendencia ha cambiado de una forma
vertiginosa. Los abuelos han pasado en
muchos casos a encargarse día a día del cuidado de sus nietos, mientras los
hijos trabajan. Un estudio sociológico realizado por Ignacio Megías Quirós y
Juan Carlos Ballesteros,” Abuelos y
abuelas…para todo” revela que los abuelos europeos cuidan de sus nietos una
media de cinco horas al día mientras que los españoles lo hacen siete. Si tenemos
en cuenta este estudio, ¿cómo no pensar en que las abuelas están viviendo una
segunda maternidad? Solo que en esta ocasión sin el estrés y sin las
preocupaciones que sintieron al ser madres. Es muy habitual escuchar a las
abuelas decir “Lo que no he consentido a mis hijos, se lo consiento a mis
nietos” y es que en este punto, al
repetirse de padres a hijos los patrones educativos, los nietos llegan a las
casas de sus abuelos con la percepción de familiaridad adquirida a través de sus padres.
Esta tendencia es fantástica. Permite a los mayores conocer
y pasar más tiempo con su nietos y a los padres trabajar y conciliar. Pero en
la mayoría de los casos parece presuponerse la ayuda incondicional de los
abuelos, dando por hecho que tienen la obligación de cambiar de roles. Y cuando
se da esto por hecho, surge el conflicto de la educación." Son nuestros hijos,
no los suyos", pero…en ocasiones les hablamos como si nunca hubiesen criado a un
niño. En definitiva, cada vez más, se observan en parques y grandes superficies
a los más mayores de la mano de los más pequeños. Y la sociedad parece haber olvidado el papel que representan en ella, porque, seamos sinceros ¿qué pasaría si los abuelos se declarasen en huelga?
Normalmente las madres tienen remordimientos cuando dejan a sus hijos para ir a trabajar. Es el problema de intentar conciliar el mundo laboral y familiar. En este post en particular se aprecia muy bien ese "sentimiento de culpabilidad" http://blogs.terra.es/blogs/diaadiadeunamadre/archive/2012/05/10/191-remordimientos-porque-trabajas-mucho-y-ves-poco-a-tus-hijos.aspx
ResponderEliminarLos abuelas no solo suponen una ayuda más sino un complemento para los niños tanto en educación como en sensibilidad pues de mayores apreciarán la labor que recibieron y tratarán mejor a sus padres. Hay que valorar el esfuero que hacen y reconocer que además están encantados por lo que ganamos todos. ¡Gracias a todos los abuelos!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. De ahí la pregunta del final. Si las abuelas (y los abuelos) no estuviesen presentes en nuestra vida moderna, imagínese la hecatombe. Así que sí !Gracias a los abuelos! Y un saludo!
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