Hay un temor generalizado cuando una mujer que ya está en la
última semana de embarazo, aún no ha sentido contracciones. Todas las
embarazadas en esta situación, sobre todo las primerizas, se asustan al pensar
en que son las candidatas ideales para que se lleve a cabo una estimulación del
parto. Pero ¿qué es y cómo se produce la inducción al parto?
Lo primero que debemos saber es que a pesar de la copla que
resuena en los oídos de muchas mujeres( sobre todo por historias de madres y
abuelas) a día de hoy los métodos de inducción al parto se usan en situaciones
muy particulares. Es cierto que durante una época fue habitual estimular el
parto cuando el feto se retrasaba un poco más de lo habitual (una estimulación
farmacológica) sin embargo es una etapa de la medicina que ha quedado relegada
a tiempos pretéritos. En la actualidad hay una serie de causas específicas para
inducir el parto, que se enumerarán a continuación:
-Cuando el parto se ha estancado
- Cuando supera la semana
42 de gestación
-Si la bolsa se rompe y a las 24 horas la mujer aún no se ha
puesto de parto
-Por una alteración fetal
-Por una alteración en la madre (por ejemplo, una
cardiopatía)
En casa podremos intentar desencadenar el parto mediante
técnicas naturales, que evidentemente, no son tan eficaces como las
farmacológicas. Entre las más recomendadas están dar largos paseos que
estimulen contracciones uterinas y
mantener relaciones sexuales con la pareja, eso sí, habiéndolo consultado antes
con el ginecólogo para evitar posturas que puedan ser perjudiciales para la
madre. Pero si nada de eso funciona, o
se cumple alguno de los requisitos anteriores, lo más probable es que terminen
por optar ante la inducción al parto por vía farmacológica. Normalmente se usa la
oxitocina, una hormona provoca
contracciones. Otra de las prácticas es la ruptura artificial de la bolsa. Si
quieres ver la explicación de la matrona, entra en nuestra web pinchando aquí.
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