Uno de los cambios que sufre el cuerpo de una mujer
embarazada es la laxitud ligamentosa, es decir, que los ligamentos “se aflojan”.
Esto es necesario sobre todo a nivel pélvico para preparar a la mujer para el
parto y facilitar este. Pero ¿se puede sacar provecho de esta situación? La
doctora San Martín lo explica en el vídeo enlazado.
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