martes, 20 de marzo de 2012

Familias monoparentales, ¿qué te parecen las madres solas?


Que existen muchos tipos de maternidades es un hecho. Hoy en día ya no resulta escandalosa una maternidad en solitario. Al menos no en España. Sin embargo no siempre fue así. Pocos años atrás muchas mujeres eran estigmatizadas por el hecho de haberse quedado embarazadas sin un hombre al lado. Buena parte de la culpa de esto la tenía una sociedad obsesionada con el pecado de la carne y una mentalidad un poco trasnochada que le daba a la mujer un papel muy secundario en la sociedad.
Hoy las cosas han cambiado afortunadamente y los expertos parecen coincidir en que para lograr la felicidad e un niños basta con proporcionarle un hogar lleno de cariño y estabilidad. Hoy hemos querido hablar con varias mujeres que afrontaron la maternidad en solitario y que nos cuentan su experiencia. 

Marina tiene 34 años y un bebé de seis meses. No trabaja de forma estable y su embarazo fue una sorpresa: “La verdad es que la primera sorprendida fui yo porque siempre he utilizado preservativo pero el caso es que ahí estaba bien clarito en la ecografía. Tuve muchas dudas pero finalmente opté por tenerlo, había pasado por un aborto siete años atrás y la experiencia había sido traumática. Así que opté por seguir adelante. Mi trabajo no es estable porque soy traductora independiente pero eso no me echó hacia atrás ni mucho menos. El padre, un ex novio con el que a veces caía, no quiso saber nada y yo tampoco insistí, en realidad no me parecía un padre adecuado y cuando se quitó de en medio vi el cielo abierto. Pase muchas angustias de tipo anímico pero aquí está mi retoño para hacerme la vida más fácil, más llevadera y más feliz. Mis padres no se alegraron pero siempre tuve su apoyo. Mis amigas son como mi familia y yo, la verdad, no sé si repetiría pero tengo claro que ha sido la mejor decisión de toda mi vida”.

Juana se quedó embarazada a la cuarta intentona tras varios intentos fallidos de fecundación in vitro. “Lo logré a los 39 años, casi ya a punto de tirar la toalla, agotada y habiéndome gastado todos mis ahorros. En mi caso no me asustó nunca el tema económico puesto que soy funcionaria y tengo una seguridad laboral que hoy día es una suerte. La sociedad hace mucha presión a las mujeres pero yo no me sentí presionada a ser madre por ningún entorno, era una necesidad muy honda. Soñaba con la cara de mi hijo y llegó a convertirse en una obsesión, me iba a los parques sólo para ver a niños jugar, me fijaba en la cara de sus madres y me preguntaba cuándo podría ser una de ellas. Mientras duró el proceso rechacé cualquier contacto físico con ningún hombre, estaba obsesionada con el hecho de quedarme embarazada y pensaba que cualquier interferencia me podía dificultar el proceso. Quería que fuese por fecundación, nunca me sentí capaz de “engañar” a ningún hombre para lograr un embarazo que deseaba tener sola. Quizás pueda parecer egoísta, no lo niego. Pero no creo que difiera mucho de las mujeres que desean ser madres como continuación de un amor en pareja. Todas las maternidades deberían ser lícitas mientras se eduque con amor y respeto a los hijos. Mi hijo tiene ahora siete años y me ha llenado completamente la vida. Lo volvería a hacer una y mil veces, la verdad”

¿Y tú, qué opinas de una maternidad en solitario? Cuéntanos tu caso o el de alguien que conozcas

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