jueves, 22 de marzo de 2012

Inseminación, ¿qué es? ¿en qué consiste?


Gracias a los grandes avances de la ciencia ahora en nuestros días son muchas las soluciones con respecto a la infertilidad, bien sea femenina o masculina. Hoy día hay múltiples métodos de reproducción asistida. Hoy nos centraremos en la inseminación artificial.
La Inseminación Artificial consiste en la colocación en el útero de la mujer el semen del hombre cuando este no reúne las condiciones necesarias para hacerlo de manera natural. En un principio la Inseminación Artificial se utilizó en situaciones de alteración anatómica del aparato reproductor masculino o en casos de disfunción eréctil, en los que el varón no era capaz de eyacular dentro de la vagina de la esposa. Posteriormente la Inseminación Artificial se utilizó también en casos de infertilidad masculina, ya que al concentrar los espermatozoides se consigue que un mayor número de ellos alcance la periferia del ovocito. El líquido del semen o plasma seminal, posee unas sustancias (prostaglandinas) que al actuar sobre el cérvix hacen que el útero se contraiga y aspire los espermatozoides acumulados en el moco cervical hacia la parte alta del útero. Además de por las contracciones uterinas producidas por las prostaglandinas del plasma seminal, los espermatozoides ascienden hacia las Trompas de Falopio por las contracciones peristálticas de las trompas, inducidas por las hormonas que liberan los folículos. Normalmente hay un solo folículo dominante que producirá más cantidad de hormonas y que hará que la trompa de su lado se contraiga más que la del otro, aspirando hacia sí la mayor parte de los espermatozoides. Cuando los espermatozoides llegan a la zona donde se encuentra el óvulo, han sufrido una serie de transformaciones, en su ascenso desde el cérvix, conocidas como capacitación espermática.

Una vez llegan hasta el óvulo y gracias al batido de su cola, los espermatozoides atraviesan las células que rodean al ovocito (llamadas cúmulus ooforus) y merced a unos receptores específicos en la Zona Pellúcida (capa que envuelve al ovocito) se unen a ésta y al hacerlo se produce una modificación en la cabeza del espermatozoide (llamada Reacción Acrosómica) que hace que se liberen substancias que modifican la Zona Pellúcida y permiten la fecundación.
Parece, sin embargo, que para que la fecundación se produzca deben adherirse a la Zona Pellúcida una suficiente cantidad de espermatozoides. Si llegan pocos, será muy difícil que se consiga fecundar. Esto nos explica porqué varones con poca cantidad de espermatozoides móviles, tendrán grandes dificultades para conseguir embarazo de forma natural, ya que, como se ha comentado, parte de estos pocos espermatozoides móviles se perderán en la vagina y del resto, no todos ascenderán hasta el fondo del útero y algunos de los que sí lo hagan, irán hacia la trompa donde no se encuentra el óvulo y por fin, no todos los que alcancen el óvulo serán capaces de atravesar las células del Cúmulus Ooforus y unirse a la Zona Pellúcida. Si partimos de pocos espermatozoides, muy pocos alcanzarán el óvulo.

En esto casos, la Inseminación Artificial es un tratamiento muy sencillo y de gran ayuda ya que lo que permite es depositar una gran cantidad de espermatozoides móviles en el fondo del útero, para que puedan llegar suficientes hasta el ovocito. Explicándolo de forma muy esquemática lo que se hace es concentrarlos y depositarlos en el fondo del útero el día que la mujer está ovulando. Aunque seguimos partiendo de pocos espermatozoides, al concentrarlos y dejarlos mucho más cerca del óvulo, no perdemos los millones de espermatozoides que quedan por el camino de forma natural. En realidad, el semen no simplemente se concentra, sino que dos horas antes de hacer la Inseminación Artificial se le realiza un procedimiento de capacitación artificial, que imita el proceso de capacitación natural y que básicamente, además de la concentración, consiste en la eliminación del líquido del semen y la substitución de éste por un medio de cultivo específico que trata de aumentar la movilidad espermática así como de mejorar la capacidad fecundante de los espermatozoides. Se realiza además una selección de los mejores espermatozoides, de manera que solo éstos son utilizados para la inseminación artificial.

CUÁNDO HACER INSEMINACION



Antes de indicar una inseminación intrauterina, debemos cerciorarnos de que los espermatozoides y los óvulos van a tener el camino libre para encontrarse, es decir, que las trompas deben estar permeables (no obstruidas); así mismo, las características de la muestra de semen, deben superar unos mínimos. Si partimos de un semen muy bajo de cantidad o calidad, seguirán sin llegar suficientes espermatozoides para fecundar, aunque hagamos la Inseminación Artificial. En estos casos será mejor optar por técnicas de Fecundación In-Vitro (FIV ó ICSI).

La inseminación intrauterina está indicada en las siguientes situaciones:

Incapacidad de depositar correctamente el semen en la vagina, como en los casos de hipospadias, eyaculación retrógrada, impotencia de origen neurológico, casos de disfunciones sexuales como vaginismo, eyaculación precoz o disfunción eréctil.
Alteraciones en los parámetros seminales: Oligozoospermia (recuento total de espermatozoides inferior a 40 millones), Astenozoospermia (menos de la mitad de los espermatozoides con movilidad o menos del 25% con buena progresión rectilínea), Teratozoospermia (porcentaje de espermatozoides con alteraciones morfológicas, por encima del 85%). El éxito de la técnica es directamente proporcional a la calidad del semen, siendo bueno el pronóstico cuando después de capacitar la muestra de semen podemos recuperar al menos 3 millones de espermatozoides normales y con buena progresión rectilínea.
Disfunción ovulatoria: en muchas ocasiones se obtiene mejor tasa de embarazo si además de corregir la disfunción ovulatoria con tratamiento para desarrollo folicular múltiple, se asocia Inseminación Artificial.
Factor cervical: Alteraciones en la funcionalidad del cérvix, así como en las características del moco cervical, pueden ejercer una barrera para el paso de los espermatozoides. Con la I.A. Intrauterina, se salva el obstáculo y se consigue que un mayor número de espermatozoides lleguen a la cavidad uterina.
Endometriosis leve, cuando aún está intacta la anatomía pélvica.
Factor inmunológico: presencia de anticuerpos anti-espermatozoides en el moco cervical o en el plasma seminal que dificultan la fecundación. Si la tasa de anticuerpos es muy elevada, se aconseja optar por técnicas de fecundación in-vitro (FIV – ICSI).
Esterilidad de origen desconocido, donde aparentemente todo está normal pero no se produce el embarazo de forma natural. Mediante la realización de Inseminación Artificial intrauterina se consigue gestación en muchos casos.
Inseminación con semen de donante. En los casos en los que es imposible obtener espermatozoides del paciente con capacidad fecundante.


CUÁNDO NO HACER INSEMINACION
No se debe hacer Inseminación Artificial en las siguientes circunstancias:
Recuento muy bajo de espermatozoides con buena progresión (inferior a 3.000.000) después de haber capacitado la muestra de semen. En estos casos se aconseja recurrir a otras técnicas de reproducción asistida (FIV, ICSI.).
Respuesta ovárica exagerada a la estimulación de la ovulación, por el riesgo de embarazo múltiple si se realizara Inseminación Artificial.
Pacientes de mayor edad, con un elevado tiempo de esterilidad, donde es mejor recurrir a otras técnicas con mayor tasa de gestación.
Pacientes con disfunción ovárica que generan muchos ovocitos de baja calidad (la FIV. permite, entre otras cosas, escoger los pocos ovocitos de buena calidad).
Tasa muy elevada de anticuerpos anti-espermatozoides que no disminuye lo suficiente tras realizar lavados específicos del semen.

EN QUÉ MOMENTO SE HACE LA INSEMINACION ARTIFICIAL

El éxito de Inseminación Artificial depende de la precisión con que se decida el momento exacto en el que se van a depositar los espermatozoides capacitados en el fondo de la cavidad uterina. Si los espermatozoides llegan al lugar donde se encuentra el óvulo demasiado pronto, cuando éste llegue, los espermatozoides ya no tendrán capacidad de fecundar. De la misma manera, si los espermatozoides alcanzan el óvulo mucho después de que se produzca la ovulación, tampoco se podrá producir la fecundación por los cambios que ya se habrán producido en el gameto femenino.

Por todo ello, para la realización de la Inseminación Artificial, hay que controlar previamente el desarrollo de los folículos y calcular exactamente el momento de la ovulación. Esta monitorización del desarrollo folicular se lleva a cabo mediante ecografía transvaginal y determinaciones en sangre de estradiol. Generalmente se realiza una primera ecografía ocho o nueve días después de que se iniciara la menstruación, para medir el tamaño de los folículos (quistes en los ovarios llenos de líquido que contienen los ovocitos y que van creciendo desde la regla hasta la ovulación) y contar cuántos se han desarrollado.

De forma fisiológica, en las mujeres con función ovárica normal, se desarrolla completamente un solo folículo de los 8 o 10 que empiezan a crecer, cada mes. Cuando se inicia un ciclo de Inseminación Artificial, se induce el crecimiento de más folículos, simplemente administrando un tratamiento que hace que lleguen más hormonas a los ovarios de manera que más de uno pueda desarrollarse completamente. En mujeres con ovulación normal, se podría hacer Inseminación Artificial sin éste tratamiento hormonal, pero la estimulación ovárica mejora francamente las posibilidades de gestación ya que permite controlar mejor el ciclo, hace que el endometrio (mucosa que tapiza la cavidad del útero) sea más receptivo y al haber más óvulos, hay más posibilidades de que alguno de ellos sea fecundado por algún espermatozoide.

Lógicamente, al haber varios óvulos aumenta la tasa de embarazo pero también la frecuencia de embarazos múltiples (gemelos, trillizos, etc.). Para evitar este problema, el especialista realizará controles ecográficos para ver el tamaño de los folículos y saber cuántos van adelante, cancelando el ciclo en los casos, infrecuentes, en los que la respuesta ovárica es excesiva ya que entonces sí que el riesgo de complicaciones o de embarazo múltiple, puede ser elevado. Ocurre, sin embargo, que ni todos los folículos que se desarrollan son igual de maduros ni todos ovulan a la vez. Para valorar su grado de madurez se llevan a cabo, además de las ecografías, determinaciones de Estradiol en sangre, una de las hormonas producidas en los folículos. Con las medidas de la ecografía y los valores del estradiol en sangre y haciendo estas pruebas de forma seriada (generalmente a los 8, 10 y 12 días después de la menstruación) es posible calcular exactamente el momento de la ovulación y con dos días de antelación. Justo en ese momento, se llevará a cabo la Inseminación Artificial.

El tratamiento que se administra, el número de ecografías y analíticas de sangre, el día en que se realizan etc. es individualizado para cada paciente y para cada ciclo de tratamiento en concreto, dependiendo de los datos de su historia clínica particular así como de la respuesta ovárica a la estimulación que se haya observado en ciclos anteriores. Habitualmente son suficientes dos ecografías y una o dos determinaciones de estradiol, pero en cada caso se debe personalizar el tratamiento y el control de la ovulación.

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